Celaya, Gto., a 9 de diciembre de 2025.- La Feria de Celaya 2025, en su edición navideña “Regalos de Esperanza”, no sólo promete juegos mecánicos y cartelera artística: llegará también con uno de los operativos tecnológicos de seguridad más ambiciosos que se hayan aplicado en un evento masivo del municipio. El gobierno encabezado por el presidente municipal Juan Miguel Ramírez Sánchez implementará, a manera de prueba piloto, un sistema de videovigilancia con cámaras de reconocimiento facial enlazadas al Centro de Comando, Control, Comunicaciones y Cómputo (C4), con el objetivo de identificar en tiempo real a personas con antecedentes delictivos que ingresen al recinto ferial, programado del 13 al 28 de diciembre en el Ecoforum.

De acuerdo con la información difundida por la Secretaría de Seguridad Ciudadana y medios locales, las cámaras se colocarán en accesos y puntos estratégicos del área ferial y estarán conectadas al C4. El sistema captura el rostro de los asistentes, genera una plantilla digital y la compara con bases de datos de la propia Secretaría y de otras instancias con información delictiva; si detecta coincidencias con personas buscadas o con antecedentes, se emite una alerta inmediata a los cuerpos de seguridad. En el operativo participarán Policía Municipal, empresa de seguridad privada, Guardia Nacional, Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y Fuerzas de Seguridad Pública del Estado (FSPE), bajo un esquema de coordinación que, según el alcalde, busca “garantizar una feria familiar y en paz”.

Ramírez Sánchez ha explicado que este proyecto forma parte de una estrategia más amplia para incorporar tecnología a la vigilancia en Celaya, que incluye drones y cámaras de videovigilancia inteligentes. Actualmente el municipio paga decenas de millones de pesos al año a una empresa privada que opera el C4; el sistema de reconocimiento facial se montará precisamente con esa compañía, que además se encargará del mantenimiento del Centro. La instalación en la feria se plantea como una prueba piloto sin costo directo para el municipio: a cambio de usar a Celaya como “caso de referencia”, la empresa coloca los equipos y mide su desempeño durante el desarrollo de la feria.
En términos operativos, la intención es que, una vez que el sistema detecte a una persona con antecedentes, las corporaciones actúen de inmediato dentro del propio recinto ferial. El alcalde ha señalado que, ante el déficit de elementos —la meta es alcanzar alrededor de 700 policías operativos—, la tecnología es vista como un “multiplicador” de las capacidades de vigilancia: en lugar de reforzar sólo los rondines físicos, se pretende que las cámaras ayuden a focalizar la presencia policial donde se detecten riesgos. De funcionar, el modelo podría extenderse a centros comerciales, corredores de bares y otras zonas de alta afluencia en la ciudad, según han adelantado las autoridades.

La decisión de incorporar reconocimiento facial a la Feria de Celaya se da en un contexto de alta preocupación social por la violencia y la delincuencia en la región Laja-Bajío. Para el gobierno municipal, presentar un dispositivo de “tecnología de punta” durante un evento masivo es también un mensaje político: mostrar que se exploran nuevas herramientas para contener la inseguridad y hacer más eficiente la reacción ante posibles incidentes dentro del Ecoforum. En informes previos, se ha detallado que la instalación de cámaras de detección facial se encontraba, a inicios de diciembre, en torno a 60% de avance, con la expectativa de operar plenamente durante los días de la feria.
Sin embargo, el anuncio no está exento de polémica. Especialistas en derechos digitales y organizaciones civiles han advertido, en otros casos del país, que el reconocimiento facial puede derivar en vigilancia masiva sin controles claros sobre el uso de los datos biométricos, posibles errores de identificación y discriminación hacia ciertos grupos. En Celaya, aunque todavía no se articula un movimiento organizado en contra del sistema, algunas voces en redes sociales han cuestionado que no se informe con detalle qué bases de datos se utilizarán, cuánto tiempo se almacenarán los registros y qué protocolos habrá para evitar abusos o filtraciones de información sensible, sobre todo tratándose de un evento al que acuden familias y menores de edad. Estas preocupaciones se suman al hecho de que el nombre de la empresa proveedora no ha sido transparentado públicamente por “motivos de seguridad”, según han dicho funcionarios.
Mientras tanto, el gobierno municipal apuesta por que la feria se convierta en escaparate del uso de inteligencia artificial aplicada a la seguridad pública. Si el piloto demuestra eficacia —por ejemplo, con detenciones o inhibición de delitos dentro del recinto—, el Ayuntamiento evaluará la compra o arrendamiento de más equipos para otros puntos de la ciudad. Si los resultados son modestos o se acumulan quejas, la discusión sobre si Celaya debe avanzar hacia un modelo de vigilancia basado en reconocimiento facial podría intensificarse en el Cabildo y entre la sociedad. Por ahora, la Feria de Celaya 2025 será el laboratorio donde se pondrá a prueba no sólo una nueva tecnología, sino también el equilibrio entre seguridad, privacidad y confianza ciudadana.




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