Guadalajara, Jal., 29 de octubre de 2025.- Investigadoras e investigadores del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) consolidaron una tecnología para transformar leche humana en polvo mediante un proceso de secado por aspersión, con la que buscan garantizar acceso oportuno a leche materna a bebés prematuros, huérfanos o cuyas madres no pueden amamantar. El método, desarrollado por el Laboratorio de Investigación en Leche Humana (LILH), preserva gran parte del valor nutricional e inmunológico de la leche fresca, de acuerdo con reportes institucionales.

El procedimiento atomiza la leche en microgotas y las deshidrata rápidamente a baja temperatura, lo que permite concentrar el alimento sin dañar sus componentes clave. Según la UdeG, un litro de leche humana puede convertirse en aproximadamente 80 gramos de polvo, conservando más de 80% de los nutrientes; publicaciones más recientes de la propia casa de estudios hablan de hasta 95% de conservación en lotes desarrollados en 2025.
Más allá del laboratorio, la iniciativa ya mostró su potencial social. El 28 de agosto de 2024, la UdeG entregó mil sobres de leche humana en polvo al Hogar Cabañas, suficientes para preparar hasta mil biberones de una onza para niñas y niños sin acceso a lactancia materna. La universidad destacó que la formulación busca emular los beneficios inmunológicos y nutricionales de la leche directa.
El proyecto ha evolucionado hacia un Banco de Leche Materna dentro del CUCEI, que estandariza la recepción, pasteurización, liofilización/aspersión, envasado y trazabilidad por donante y lote. En 2025, la Gaceta UdeG subrayó que esta plataforma marca un precedente internacional en innovación social al llevar leche humana en polvo a hospitales y albergues que atienden a neonatos en riesgo. Coberturas periodísticas recientes también documentan casos clínicos de alta vulnerabilidad que se han beneficiado del producto.

Además del polvo, el equipo trabaja en adaptaciones personalizadas (por ejemplo, versiones deslactosadas o reducidas en grasa para indicaciones específicas) y en apósitos con compuestos bioactivos de la leche para tratar lesiones cutáneas, un frente emergente con potencial terapéutico.
Sobre vida útil, fuentes periodísticas locales han reportado desde conservación prolongada hasta escenarios de dos años bajo condiciones de almacenamiento adecuadas; sin embargo, la UdeG enfatiza sobre todo la preservación de nutrientes y la seguridad del proceso, por lo que la validación de caducidad depende del lote y el protocolo.
El LILH, además de operar con donaciones, ofrece a madres y padres un servicio de trasformación de su propia leche para uso domiciliario o en guardería, con tarifas publicadas y protocolos de recepción, lo que abre una ruta práctica para conciliación laboral, continuidad de lactancia y seguridad alimentaria infantil.

Aunque el desarrollo ha recibido amplio eco mediático desde 2018, el salto de 2024–2025 fue clave: la estandarización del proceso, los primeros lotes con destino social y el despliegue del Banco de Leche Materna. El reto que sigue es ampliar la capacidad instalada, asegurar cadenas de frío y trazabilidad previas al secado, y fortalecer los marcos regulatorios y éticos para escalar de manera segura a otros estados.
La UdeG convirtió un avance de laboratorio en una herramienta de salud pública con impacto tangible. Si logra consolidar redes de donación, control de calidad y suministro hospitalario, la leche humana en polvo podría convertirse en un estándar de apoyo nutricional para la primera infancia más vulnerable en México.





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