Guanajuato, Gto., a 21 de octubre de 2025.- Tras más de 38 horas de bloqueos en varias carreteras federales del estado, provocados por el paro nacional de productores del campo, la gobernadora de Guanajuato, Libia Dennise García Muñoz Ledo, se posicionó como interlocutora y garante del diálogo entre las y los agricultores y las autoridades federales.

El viernes 17 de octubre de 2025, en municipios como Pénjamo, Abasolo, Cuéramaro, Irapuato y Pueblo Nuevo se mantenían bloqueos en seis carreteras federales del estado, como parte del paro agrícola nacional que exigía mejores precios para el maíz y el sorgo, así como apoyos productivos para el sector.

Las manifestaciones pusieron de relieve una larga lista de demandas: que se fije un precio de garantía más justo; que se mejore la compra del grano; que se faciliten insumos como fertilizantes y maquinaria; y que exista una política agrícola más fuerte para los productores guanajuatenses.

García Muñoz Ledo declaró que el gobierno del estado “no va a dejar solos” a los productores del campo guanajuatense, y que su administración actuará como puente de diálogo con las instancias federales.

Entre sus principales acciones destacan: Mantener comunicación directa con la Secretaría de Gobernación (SEGOB) y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) para llevar las demandas al nivel federal; Celebrar el acuerdo que permitió la liberación total de los bloqueos en carreteras tras la negociación entre productores, autoridades federales y estatales; Reconocer que los apoyos estatales existentes “no son suficientes” para la magnitud de la crisis del campo, en clara alusión a que muchas de las demandas competen al gobierno federal;Anunciar un refuerzo a programas estatales para el campo: maquinaria, fertilizantes, semillas, reconversión productiva y proyectos de aves de corral.

Dentro del acuerdo alcanzado, se establecieron algunos compromisos específicos:

Se fijó una reunión en la SADER en la Ciudad de México para revisar precios de comercialización de maíz y sorgo como eje del diálogo.

Se propuso un precio base de $7,200 MXN por tonelada de maíz y $6,000 MXN por tonelada de sorgo como punto de partida para las negociaciones.

Se comprometió el gobierno estatal a coordinar con la fuerza pública para garantizar el libre tránsito y la paz social durante las manifestaciones.

La actitud de la gobernadora marca varios cambios y señales relevantes: Reconocimiento público del problema: Al decir que las demandas de los agricultores “verdaderamente necesitan nuestro campo”, la mandataria valida la gravedad de la situación del sector; Canal de mediación: Su administración aparece como interlocutora, no solo como autoridad estatal, lo cual puede abrir vías más ágiles de atención; Presión al nivel federal: Al reconocer que muchos de los temas competen a la federación, el estado ejerce presión para que haya mayores recursos o medidas nacionales; Compromiso presupuestal estatal: Si bien no se detalló aún todo el alcance, el anuncio de aumento de programas estatales muestra que el gobierno local busca responder con lo que está dentro de su competencia.

A pesar de los anuncios, persisten varias incógnitas:

Los productores han señalado que los apoyos estatales no son suficientes para la realidad del campo guanajuatense. Esto implica que los anuncios deben concretarse para calmar expectativas. La fijación de precios de garantía —principal demanda— depende en gran medida de la federación. El estado puede mediar, pero no definir los términos en muchos casos. El hecho de que los bloqueos se generaran indica un alto nivel de frustración en el sector. Mantener el diálogo y la confianza exige resultados visibles pronto.

El apoyo de la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo a los agricultores que tomaron carreteras en Guanajuato representa un giro estratégico: la visibilización de la crisis del campo, la apuesta por el diálogo y la combinación de recursos estatales con la presión al nivel federal. Queda por verse si estos gestos se traducen en acciones concretas, suficientes y sostenibles, que reviertan la sensación de abandono que los productores han expresado por años.

Para el campo guanajuatense, el verdadero reto empieza ahora: convertir compromiso en resultados, subir los montos de apoyo, asegurar precios justos y garantizar que las acciones no queden sólo en promesas. En ese sentido, la gobernadora tendrá que demostrar que su papel de puente no sólo es simbólico, sino eficaz.

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