San Miguel de Allende, Gto., 27 de septiembre de 2025.- En las primeras horas del 29 de septiembre, San Miguel de Allende se viste de pólvora, música y fervor con la celebración de “La Alborada”, una de las tradiciones más emblemáticas y esperadas por habitantes y visitantes. Este ritual nocturno marca el inicio de las festividades en honor a San Miguel Arcángel, patrono de la ciudad.

El festejo inicia en la medianoche del 28 al 29 de septiembre, cuando miles de personas se congregan en el Jardín Principal y las calles aledañas. La oscuridad de la madrugada pronto se rompe con el estruendo de la pirotecnia. Decenas de castillos y cohetes iluminan la Parroquia de San Miguel Arcángel, generando un espectáculo que mezcla lo sagrado y lo festivo.

La tradición de “La Alborada” tiene más de un siglo de historia y surgió como una forma de dar gracias al santo patrono. Desde entonces, se ha mantenido como un símbolo de identidad y devoción de los sanmiguelenses.

Uno de los aspectos más característicos es la participación de los barrios tradicionales: El Valle del Maíz, El Tecolote, La Estación y La Aurora. Cada uno aporta su pirotecnia y sus danzas, en una especie de ofrenda colectiva que refuerza el sentido comunitario.

Previo a la explosión de luces, los barrios realizan procesiones que culminan en el centro histórico, donde se unen en un ambiente de fiesta. Al compás de bandas de viento, mariachis y danzantes conchero–chichimecas, se rinde tributo al Arcángel, considerado protector de San Miguel de Allende.

Más allá del fervor religioso, la Alborada es también un atractivo turístico. Visitantes nacionales y extranjeros abarrotan la ciudad para presenciar un espectáculo único en el país. Hoteles y restaurantes reportan llenos totales durante estas fechas, consolidando la festividad como un motor cultural y económico para la región.

La Alborada no es solo un espectáculo de fuegos artificiales. Representa la unión entre lo espiritual y lo festivo, entre lo comunitario y lo turístico. Para los habitantes de San Miguel de Allende, es un recordatorio del vínculo con su patrono y con su historia.

Como cada año el jardín prencipal se llena de visitantes a esperar el cielo iluminado y el sonido de la pólvora retumbando en el corazón de la ciudad, la «Alborada» renueva la tradición de recibir el día de San Miguel Arcángel.

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