CDMX, a 8 de Septiembre de 2025.- Investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN), en colaboración con especialistas de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), anunciaron el desarrollo de un bioinsecticida diseñado para reducir las poblaciones del mosquito Aedes aegypti, vector del dengue, zika y chikungunya. La institución informó que la fórmula —cuya patente se encuentra en trámite— busca frenar el incremento de casos que suele ocurrir durante la temporada de lluvias.

A nivel mundial, se estiman unos 390 millones de infecciones por dengue al año, con más de 36,000 muertes, aunque las cifras pueden variar según la fuente y el año. México ha registrado más de 110,000 casos confirmados y 262 muertes en 2024. Al 24 de agosto de 2025 (semana epidemiológica 33), se han registrado 281 casos confirmados de dengue en Guanajuato, lo que representa una disminución significativa en comparación con los 434 casos del mismo periodo de 2024. La tasa de letalidad estatal por dengue ha aumentado en 2025 a 1.27%, a pesar de que solo se ha reportado una defunción en el estado durante este año, según datos de agosto de 2025. Los municipios con mayor incidencia son Valle de Santiago y León.

El equipo del Centro de Biotecnología Genómica (CBG) del IPN, encabezado por el doctor Erick de Jesús de Luna Santillana, aplicó la técnica de silenciamiento génico vía RNA de interferencia (ARNi) para bloquear la expresión de genes que permiten al mosquito completar su desarrollo, de modo que las larvas no alcanzan el estadio adulto. Según los investigadores, esa vía permite reducir la población del insecto sin recurrir a insecticidas químicos perjudiciales para otras especies.

En el comunicado oficial, la institución detalló que las pruebas se realizaron en condiciones controladas y que el producto mostró eficacia para impedir que las larvas lleguen a la adultez, lo que en teoría corta el ciclo de transmisión de los virus que transmite el Aedes. La investigación, dijeron, privilegia criterios de seguridad ambiental y la posibilidad de integrarse a programas municipales y estatales de control vectorial.

No obstante, los investigadores que colaboran con el IPN subrayan que la tecnología no sustituye las medidas de saneamiento y educación comunitaria: si persisten criaderos de agua (cacharros, floreros, recipientes) el mosquito seguirá reproduciéndose. El doctor Javier Alfonso Garza Hernández, investigador de la UACJ, señaló que la estrategia debe acompañarse de la participación social y los programas tradicionales de eliminación de criaderos para obtener resultados sostenibles.

El contexto sanitario lo vuelve un avance relevante: el Aedes aegypti se reproduce en pequeños depósitos de agua y su ciclo biológico facilita picos epidémicos durante temporadas húmedas, por lo que las intervenciones que afecten su desarrollo larvario son consideradas herramientas valiosas por las autoridades sanitarias. Especialistas recuerdan, sin embargo, que el control de vectores combina varias tácticas —desde saneamiento y vigilancia epidemiológica hasta estrategias biológicas o genéticas— y que cada una tiene límites y riesgos que deben evaluarse con cuidado.

El IPN informó que continúa la fase de validación y que el avance está protegido mediante solicitud de patente; los próximos pasos anunciados son ampliar los ensayos de campo con protocolos aprobados por autoridades sanitarias y explorar mecanismos de transferencia para que las autoridades locales y programas de salud pública puedan incorporarlo, en caso de confirmar su seguridad y eficacia.

Las promesas tecnológicas en control vectorial suelen enfrentar dos pruebas clave: replicación de resultados en condiciones reales (donde variables como clima, presencia de múltiples criaderos y comportamiento humano influyen) y evaluación de impacto ecológico a mediano y largo plazo. Los investigadores del IPN han dado un paso importante al combinar biotecnología y enfoque ambiental, pero su incorporación a políticas públicas requerirá más datos, transparencia y coordinación entre universidades, autoridades sanitarias y comunidades.

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