Celaya, Gto., 1 de septiembre de 2025. — Guanajuato activó a finales del mes de agosto mes el plan para modernizar el Distrito de Riego 011 Alto Río Lerma, uno de los sistemas agrícolas más extensos del país. La intervención —parte del Programa Nacional de Tecnificación de Riego “México se tecnifica”— arranca con recursos estatales y federales y se ejecutará por etapas para no interrumpir los ciclos agrícolas.

En marzo la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, anunció una inversión total de 51 mil 830 millones de pesos como parte del Programa Nacional de Tecnificación del Riego; con un alcance de 200 mil hectáreas para recuperar 2 mil 800 metros cúbicos de agua y reutilizarla para el consumo humano; ese mismo mes firmó con la Gobernadora de la Gente, Libia Dennise García Muñoz Ledo, el histórico convenio que incluye a Guanajuato en el plan hídrico del Gobierno Federal, en cumplimiento con Acuerdo Nacional por el Derecho Humano al Agua y la Sustentabilidad.

El presupuesto para el Estado de Guanajuato es de 6 mil 412 millones de pesos en los próximos cinco años, para la intervención del Distrito de Riego 011, que comprende el Alto Río Lerma en el estado de Guanajuato que abarca una gran área agrícola en Guanajuato y partes de Michoacán, incluyendo municipios como Celaya, Salamanca, Irapuato y Valle de Santiago. Es una de las organizaciones agrícolas más grandes del estado y se encarga de administrar el agua de fuentes como las presas Solís, Purísima y la Laguna de Yuriria para irrigar más de 112 mil hectáreas con aproximadamente 25,000 usuarios.

El arranque financiero de 600 millones de pesos en 2025, con frentes de preparación que se activan al término del ciclo primavera-verano para evitar afectaciones a los usuarios. La cifra forma parte de un programa plurianual que, para Guanajuato, contempla inversiones por más de 6,400 millones de pesos en cinco años, de acuerdo con estimaciones expuestas por Conagua y prensa regional.

Los primeros frentes priorizan infraestructura mayor y distribución: 1) Revestimiento y/o entubamiento de canales (reducción de filtraciones y evaporación); 2) Automatización de compuertas y sistemas de medición en puntos de control; 3) Sustitución de tramos con tubería enterrada y válvulas de control para llevar agua presurizada a zonas parcelarias; 4) Reparación de presas derivadoras y rehabilitación de estructuras deterioradas.

En el componente parcelario, la meta es expandir riego tecnificado (goteo, aspersión, microaspersión) para mejorar la eficiencia de aplicación y la productividad por hectárea.

Un objetivo medular del plan es recuperar alrededor de 120 millones de metros cúbicos de agua al año mediante eficiencias físicas y operativas, recurso que —según los convenios marco— se destinaría prioritariamente a consumo humano y recarga de acuíferos, sin descuidar la producción de alimentos.

El DR-011, con base en datos estatales recientes, atiende más de 112 mil hectáreas y más de 24 mil usuarios (productores y módulos de riego), por lo que los ahorros hídricos potenciales tendrían impacto directo en la seguridad hídrica y alimentaria de la región.

De acuerdo con autoridades y fuentes locales, el inicio de obras con maquinaria pesada (revestimiento de bordos, lanzamiento de concreto y enterrado de líneas) está programado tras la conclusión del ciclo de riego, con un hito operativo señalado para el 5 de septiembre de 2025. La participación de Sedena apoyará en logística y despliegue de equipos en los tramos críticos.

El DR-011 es uno de los primeros en activarse dentro del Programa Nacional de Tecnificación de Riego 2024-2030, que persigue “producir más alimentos con menos agua” al modernizar infraestructura en 13-17 distritos prioritarios del país. A marzo, Conagua reportó avances de planeación, licitación y primeros frentes de obra con una cartera nacional estimada en 51,800 mdp para tecnificar más de 200 mil hectáreas.

Especialistas y productores consultados por medios locales han advertido tres desafíos clave: 1) Ritmo de obra y ventana agrícola: sincronizar frentes constructivos con periodos sin riego para evitar pérdidas de ciclo; 2)Operación y mantenimiento: sostener la eficiencia con medición, telemetría y automatización efectivas una vez entregadas las obras; 3) Capacitación y tarifas: acompañar el cambio tecnológico con asistencia técnica y esquemas tarifarios que incentiven el ahorro y cubran O\&M. (Inferencia basada en lineamientos del programa).

De acuerdo a lo anunciado en las próximas semanas se iniciarán las siguientes acciones: 1) Arranque físico de frentes en canales troncales y derivaciones estratégicas (p. ej., tramos del sistema Solís–Celaya y rehabilitación de derivadoras), con reportes públicos de avance; 2) Puesta de equipos de control y medición, y la transición parcelaria hacia riego presurizado donde existan condiciones técnicas y económicas; 3) Reportes de caudal y eficiencia para cuantificar la recuperación de volúmenes conforme se vayan cerrando frentes.

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