Ciudad de México, agosto de 2025 – En una muestra clara de un impulso sin precedentes hacia la autonomía sanitaria, el gobierno federal y la industria farmacéutica anunciaron inversiones por más de 12 mil millones de pesos como parte del Plan México, con el objetivo de fortalecer la infraestructura productiva, la innovación y la investigación para garantizar la disponibilidad de medicamentos esenciales. Estas inversiones representan una ventana de oportunidad para que estados como Guanajuato se posicionen como centros estratégicos dentro de este ecosistema en crecimiento

Durante conferencias matutinas en Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum destacó que este paquete de inversiones ampliará la producción de medicamentos, reforzará la soberanía sanitaria y generará miles de empleos tanto directos como indirectos. Entre las empresas que lideran este movimiento, se encuentran:

Boehringer Ingelheim: destinará 3 500 millones de pesos para transformar su planta en Xochimilco en la mayor productora mundial de tabletas, con capacidad para exportar a 40 países. Este proyecto generará unos 1 800 empleos directos y 15 000 indirectos.

Laboratorios Carnot: invertirá 3 500 millones de pesos en Hidalgo para una planta biotecnológica con proyección internacional, que creará 600 empleos directos y al menos 5 000 indirectos

Bayer: aportará 3 000 millones de pesos para ampliar la producción de ingredientes farmacéuticos activos en Veracruz y otras instalaciones estratégicas

AstraZeneca: compromete más de 2 000 millones de pesos para reforzar investigación clínica, servicios digitales y manufactura en varios estados.

Estas inversiones no solo apuntan a satisfacer el mercado interno, sino también a posicionar a México como un hub regional de investigación, producción y exportación en farmacéutica

Aunque aún no se ha anunciado inversión directa en Guanajuato dentro de esta ronda, el estado está bien posicionado para incorporarse al desarrollo del ecosistema farmacéutico por varias razones:

1. Capacidad científica e institucional
   Guanajuato cuenta con centros como CIATEC, CIO y CIMAT, UdeG, ITM Celaya que han impulsado la innovación tecnológica en el estado. Estos podrían servir como base para atraer proyectos de investigación farmacéutica o biotecnológica de alto valor agregado.
2. Infraestructura logística y ecosistema industrial
   Aunque no se ha mencionado explícitamente, el Bajío posee una red logística potente (Puerto Interior I -Silao- «Puerta Logística del Bajío -Proyecto en Celaya-, y una tradición industrial sólida en el área química, bioquímica y farmacéutica, que podrían apoyar desde la manufactura hasta la distribución de insumos médicos.
3. Respaldo político y estratégico
   El gobierno federal impulsa la creación de Polos de Desarrollo Económico para el Bienestar (PODECOBI) como parte del nuevo decreto para priorizar la inversión farmacéutica y logística . Recientemente Celaya ha sido señalado como uno de esos polos.

Serían claves estratégicas para Guanajuato:

Proponer una alianza público-privada que involucre sus centros de innovación y universidades con laboratorios o farmacéuticas nacionales e internacionales.

Promover incubadoras farmacéuticas, espacios donde florezcan startups especializadas, investigación clínica y desarrollo de ingredientes activos.

Postularse como núcleo logístico-pharma, aprovechando la infraestructura terrestre y conectividad del Bajío para atraer centros de almacenamiento, distribución y producción de APIs (ingredientes farmacéuticos activos).

Mostrar disposición para formar parte de la red de polos del bienestar, posicionando a Guanajuato como región estratégica para reforzar la soberanía sanitaria nacional.

El anuncio de más de 12 mil millones de pesos en inversión es el primer paso hacia una nueva era farmacéutica en México, orientada a la autonomía productiva, innovación y resiliencia frente a crisis sanitarias futuras. Aunque no ha sido nombrado directamente, Guanajuato tiene los elementos estratégicos, logísticos y de capacidad industrial instalada para insertarse como un nodo clave en este maduro ecosistema: conocimiento técnico, infraestructura industrial y una voluntad política de largo plazo. Si actúa rápido y estratégicamente, el estado podría convertirse en la próxima sede de la revolución farmacéutica nacional.