Celaya, Gto., a 19 de junio de 2025.- -El fútbol mexicano parece atravesar una crisis de identidad. En un mismo fin de semana, dos partidos marcaron el pulso de una problemática que va más allá del resultado: el empate sin goles entre Rayados de Monterrey y el Inter de Milán, y la sufrida victoria por la mínima de la Selección Mexicana ante la modesta Surinam, dejaron una amarga sensación entre la afición y la prensa especializada. ¿Qué está pasando con el estilo de juego mexicano?

Monterrey se encierra ante el Inter

El Rose Bowl fue escenario de un encuentro del Mundial de Clubes que prometía emociones y terminó siendo una cátedra de contención. El Monterrey, uno de los clubes más poderosos de la Liga MX, por su nómina y estructura, aunque con una diferencia de 800 millones de dólares con el Inter que no se reflejó en el partido, optó por una postura defensiva durante la mayor parte del duelo frente al Inter de Milán, que tampoco desplegó su mejor versión. A pesar de que se trataba de un encuentro, su presentación, dentro del Mundial de Clubes, los Rayados priorizaron no perder por encima de intentar ganar.

El planteamiento del Catalán Domenec Torrent, estratega de rayados, fue más bien precavido, y quienes comandados por Sergio Ramos, se plantaron bien en su cancha con una línea base de cinco para hacer frente a los embates de Lautaro Martínez, Esposito y Carlos Augusto; aguantando los ataques contínuos de la delantera del Inter, no desaprovecharon las oportunidades que se presentaron, y así se adelantaron con una anotación brava, como suele ser, de Sergio Ramos con certero remate de cabeza en un tiro de esquina. Sin embargo la escuadra neroazurra no cejó en su empeño y así, cinco minutos antes de que terminar el primer tiempo, Lautaro Martínez empujando el balón en un centro bien planeado, venció al portero de los regios Esteban Andarada. El resto del partido fué la misma tónica, los rayados defendiendo y aprovechando las oportunides, mientras que el Inter se dedicó al ataque de manera insistente pero sin éxito. q

“Jugamos con inteligencia”, dijo el entrenador rayado en rueda de prensa, aunque las redes sociales fueron menos benévolas, criticando lo que muchos calificaron como «fútbol ratonero».

México sufre para vencer a Surinam

Un día después, en el estadio AT&T en Arlington Texas, la Selección Mexicana enfrentó a Surinam en la Copa de Oro de la Concacaf, y el espectáculo no mejoró. El equipo dirigido por el «Vasco» Javier Aguirre, logró apenas imponerse a los caribeños, que plantearon un partido inteligente, 2 por 0. El primer susto para Surinam llegó a los 18 minutos, con una jugada iniciada por Alexis Vega, prolongada por Jesús Gallardo y bien concluído con un remate de volea por Raúl Jiménez que salió desviado. A partir de esta oportunidad fallida, el equipo mexicano se desafanó y no fué hasta el minuto 56, ya en el segundo tiempo cuando un tiro de esquina cobrado por Alexis Vega fué certeramente rematado por el «Cachorro» César Montes para poner número al marcador; y posteriormente al minuto 63 a otro tiro de esquina de Alexis Vega, rematado por el Cachorro Montes, pegó en un contrario y contrarrematando logró el 2 a 0 definitivo. Y así el partido transcurrió con uno que otro susto para Surinam, pero no más.

Surinam, clasificado muy por debajo del Tri en el ranking FIFA, se mostró ordenado y por momentos incluso generó peligro. El juego del conjunto mexicano fue predecible y carente de velocidad, apostando a la posesión sin profundidad y a los tiros libres, temiendo equivocarse más de lo que deseaba arriesgar.

¿A dónde va el fútbol mexicano?

Los dos partidos alimentaron una pregunta urgente: ¿se está volviendo el fútbol mexicano excesivamente conservador? En lugar de proponer, buscar el gol y asumir riesgos, tanto clubes como selección nacional parecen apostar por minimizar daños. Esta estrategia puede ser válida en torneos internacionales o ante rivales superiores, pero el uso reiterado contra cualquier rival genera frustración y desconexión con la afición.

Mientras otras selecciones de la región como Canadá y Panamá han dado pasos firmes con propuestas dinámicas y verticales, México parece estancado en una zona de confort táctica que prioriza el control y la especulación por encima del espectáculo.

La falta de contundencia ofensiva, la rigidez en los planteamientos y el temor al error están apagando una identidad futbolística que alguna vez se caracterizó por el atrevimiento, el toque y la creatividad.

Si el fútbol mexicano quiere recuperar la confianza de su público, tendrá que dejar atrás el miedo y volver a apostar por un juego más valiente. Porque como dice el dicho: el que no arriesga, no gana. Y hoy, México ni arriesga ni gana con claridad.

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