Ciudad de México, 24 de mayo de 2025.- Graciela Iturbide gana el Premio Princesa de Asturias de las Artes: Un reconocimiento a la mirada que retrató el alma de México. En una decisión que ha sido celebrada en el mundo del arte y la cultura, la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide ha sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025. El jurado reconoció en su obra «una de las miradas más poéticas, profundas y singulares de la fotografía contemporánea», destacando su capacidad para entrelazar la tradición y la modernidad con una sensibilidad única que trasciende fronteras.

A sus 81 años, Iturbide se convierte en la segunda fotógrafa en recibir este prestigioso galardón —tras Annie Leibovitz en 2013— y la quinta mexicana en formar parte del selecto grupo de galardonados, reafirmando la potencia del arte latinoamericano en el panorama internacional.

Una obra que trasciende el lente

La obra de Graciela Iturbide es, más que fotografía, un testimonio visual de la identidad mexicana. Desde sus emblemáticas imágenes del pueblo Seri en el desierto de Sonora, hasta el retrato inolvidable de la mujer mixteca con iguanas coronando su cabeza —»Nuestra Señora de las Iguanas»— Iturbide ha capturado con sutileza y respeto la riqueza simbólica y espiritual de las culturas originarias.

Discípula de Manuel Álvarez Bravo, Iturbide ha trazado su propio camino a lo largo de más de cinco décadas. Su trabajo ha sido exhibido en museos como el MoMA de Nueva York, el Getty de Los Ángeles y la Fondation Cartier de París, y forma parte de las colecciones permanentes de instituciones clave del arte mundial.

Un premio con resonancia social

El Premio Princesa de Asturias no solo reconoce la maestría técnica y estética de Iturbide, sino también su compromiso con la dignidad humana, el feminismo y la resistencia cultural. Su cámara no explota ni exótica: interpreta, revela, honra.

En palabras del acta del jurado, “su obra es un canto a la diversidad, una reivindicación de lo marginal y una reafirmación de que el arte puede ser tanto espejo como ventana: reflejo de una identidad y abertura hacia otras formas de comprender el mundo”.

Reacciones y homenaje

Desde la Casa de América en Madrid hasta el Museo Frida Kahlo en Coyoacán, la noticia ha sido recibida con entusiasmo. Diversos artistas, intelectuales y líderes culturales han expresado su admiración por la fotógrafa. La secretaria de Cultura de México, Alejandra Frausto, declaró que «Graciela Iturbide ha hecho de la fotografía un puente entre el alma indígena y la mirada contemporánea. Su lente es memoria, es poesía, es verdad».

El reconocimiento también ha avivado el interés por su legado, con nuevas exposiciones anunciadas tanto en México como en Europa, y la reedición de varios de sus libros fotográficos.

Una vida entre sombras y luz

Graciela Iturbide nació en Ciudad de México en 1942. Inicialmente interesada en el cine, encontró en la fotografía su verdadera voz. Su estilo se ha caracterizado por un blanco y negro cargado de fuerza simbólica, donde cada imagen invita a una contemplación profunda.

A pesar de su renombre internacional, Iturbide siempre ha mantenido una actitud humilde. Al conocer la noticia del premio, declaró desde su estudio: “Sigo aprendiendo. La fotografía me ha enseñado a mirar sin juzgar, a encontrar belleza en lo inesperado. Este premio lo comparto con todos los pueblos y personas que me han permitido fotografiar su vida”.

Epílogo con luz natural

La elección de Graciela Iturbide como Premio Princesa de Asturias de las Artes no solo honra una trayectoria ejemplar, sino que reafirma el valor de la mirada íntima, humanista y respetuosa en tiempos de imágenes fugaces. Su legado es ya parte de la memoria visual del mundo, una invitación permanente a mirar con el corazón.

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