Celaya, Gto., a 8 de mayo de 2025.– La esperada adaptación de El Eternauta, el legendario cómic argentino de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López, llega a Netflix con una producción ambiciosa que intenta trasladar a la pantalla chica uno de los relatos de ciencia ficción más emblemáticos de América Latina. Sin embargo, el resultado final es tan complejo como la historia que pretende narrar.

Un apocalipsis con acento argentino
Ambientada en un Buenos Aires asediado por una nevada mortal que marca el inicio de una invasión alienígena, la serie logra capturar con acierto la atmósfera opresiva y el sentimiento de encierro que impregnan el material original. Las calles vacías, la nieve silenciosa y la amenaza invisible construyen un entorno visual potente, con una fotografía que oscila entre lo poético y lo perturbador.
Fidelidad con licencia creativa
La serie toma algunas libertades respecto al cómic, lo cual es comprensible dado el salto de medio. El guion incorpora elementos contemporáneos para dialogar con problemáticas actuales, como la vigilancia estatal, el autoritarismo y las crisis migratorias. No obstante, algunos de estos añadidos se sienten forzados o poco desarrollados, restando fuerza a la narrativa central.

Una actuación irregular
El reparto ofrece interpretaciones dispares. Mientras algunos actores logran transmitir la desesperación y el heroísmo anónimo que define al protagonista, otros caen en una sobreactuación que rompe la inmersión. El personaje de Juan Salvo, el Eternauta, carga con el peso emocional de la serie, y aunque su caracterización es sólida, por momentos se ve eclipsado por decisiones de dirección que priorizan el espectáculo por encima de la introspección.

Una producción que apuesta en grande
En términos técnicos, El Eternauta es una de las producciones más ambiciosas realizadas en Argentina. Los efectos visuales cumplen, sin deslumbrar, y el diseño de sonido acompaña bien las escenas más tensas. Aun así, se percibe cierta irregularidad en el ritmo: algunos episodios se sienten estirados, mientras otros condensan demasiada información.
El Eternauta es un esfuerzo valioso por llevar un clásico de la historieta al público global. Si bien no está exenta de fallos, es una obra que respeta —en espíritu más que en forma— el mensaje original: la resistencia, la solidaridad y el heroísmo cotidiano frente a lo incomprensible. Para los fanáticos del cómic, puede generar opiniones divididas; para quienes no lo conocen, es una introducción intensa a un mundo donde la nieve no trae paz, sino muerte.





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