Ciudad de México, 4 de abril de 2025. – México ha levantado la mano oficialmente para convertirse en sede de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2031, una propuesta que podría marcar un hito en la historia del fútbol femenino en el país y en la región. La Federación Mexicana de Fútbol (FMF) confirmó que se encuentra en proceso de evaluación para presentar una candidatura formal, ya sea de manera individual o en conjunto con otros países de la región.

Una nación con historia mundialista

México no es ajeno a los reflectores del fútbol mundial. El país ha sido anfitrión de dos Copas Mundiales masculinas (1970 y 1986) y será una de las tres sedes del Mundial varonil de 2026, junto con Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, albergar el Mundial Femenil por primera vez representaría una nueva dimensión en su legado deportivo.

“La infraestructura existe, el interés del público está creciendo y hay un compromiso cada vez más sólido con el desarrollo del fútbol femenil”, declaró Ivar Sisniega, presidente ejecutivo de la FMF. “Estamos evaluando seriamente esta oportunidad histórica”.

Un momento clave para el fútbol femenil mexicano

La Liga MX Femenil, fundada en 2017, ha sido una pieza fundamental en el crecimiento del deporte. En apenas ocho años, ha logrado atraer a millones de seguidores, establecer récords de asistencia en estadios y convertirse en una plataforma de desarrollo para jugadoras nacionales e internacionales. La selección mexicana femenina también ha tenido avances notables, destacando su reciente clasificación a los cuartos de final en la Copa Oro W 2024, incluyendo una histórica victoria contra Estados Unidos.

“Ser sede de un Mundial sería una recompensa a todo el esfuerzo que se ha hecho en la última década para empoderar a las mujeres en el fútbol”, opinó Mónica Vergara, exentrenadora de la selección nacional.

Competencia internacional

México no estará solo en la carrera. Países como Alemania, Brasil y una candidatura conjunta entre los países nórdicos (Suecia, Dinamarca, Noruega y Finlandia) ya han expresado interés por organizar el torneo. La FIFA tiene previsto tomar una decisión final sobre la sede en 2026, tras un proceso de evaluación que incluirá visitas técnicas, análisis de infraestructura, garantías gubernamentales y planes de legado deportivo y social.

Apoyo social y económico

Además del impulso deportivo, la candidatura mexicana podría tener un impacto económico significativo. Estudios previos de Copas Mundiales Femeninas han demostrado que estos eventos generan miles de empleos temporales, reactivan el turismo y fomentan la inversión en infraestructura. En el contexto actual de creciente igualdad de género en el deporte, también representan una poderosa herramienta para el cambio social.

Organizaciones civiles y colectivos feministas han mostrado un cauto optimismo. “Este tipo de eventos debe ir acompañado de políticas públicas claras para garantizar la seguridad, equidad y visibilidad de las mujeres en el deporte y en la sociedad”, expresó Laura Padilla, activista de la organización Mujeres en el Deporte.

El camino hacia 2031

La postulación de México aún está en fase preliminar, pero el entusiasmo ya es palpable. Si el país logra adjudicarse la sede del Mundial Femenil 2031, se convertiría en el primero en albergar tanto la Copa Mundial varonil como la femenil, reforzando su posición como potencia futbolística en América y como referente en el impulso al fútbol femenino.

La decisión final queda en manos de la FIFA, pero para México, la sola posibilidad ya ha encendido la esperanza de ver a las mejores futbolistas del mundo desplegar su talento en canchas nacionales y, sobre todo, inspirar a una nueva generación de niñas que sueñan con triunfar en el deporte.

Deja un comentario

Tendencias