Ciudad de México, 27 de marzo de 2025.- La reciente decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer un arancel del 25% a los vehículos no fabricados en territorio estadounidense ha generado una ola de incertidumbre y preocupación en la industria automotriz mexicana. Esta medida, que entrará en vigor el 2 de abril, representa un golpe significativo para México, el principal exportador de automóviles hacia el mercado estadounidense.
En 2024, México exportó aproximadamente 2.9 millones de vehículos a Estados Unidos, con un valor cercano a los 78,500 millones de dólares. Si se incluyen piezas y motores, el total asciende a más de 182,000 millones de dólares. Estos números reflejan la profunda integración y dependencia de la economía mexicana respecto al sector automotriz y su relación con el mercado estadounidense.

La imposición de estos aranceles podría desencadenar múltiples efectos adversos para México:
- Pérdida de competitividad: El incremento en los costos debido a los aranceles podría hacer que los vehículos mexicanos sean menos atractivos en términos de precio, favoreciendo a fabricantes de otros países o incentivando la producción dentro de Estados Unidos.
- Impacto en el empleo: La industria automotriz mexicana es una fuente vital de empleo, generando más de un millón de puestos de trabajo formales. Una disminución en las exportaciones podría traducirse en recortes significativos de personal.
- Efecto dominó en la economía: Dado que el sector automotriz representa el 4% del Producto Interno Bruto de México y más del 25% de sus exportaciones, una contracción en este sector podría tener repercusiones negativas en otras áreas de la economía nacional.
Ante esta situación, el gobierno mexicano, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, en su conferencia matutina del 27 de marzo de 2025, anunció que México ofrecerá una «respuesta integral» a estas medidas después del 2 de abril, enfatizando que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) establece que «no debe haber aranceles» entre los países miembros. La mandataria subrayó que, aunque se prepara una respuesta detallada, las puertas para el diálogo con el gobierno estadounidense permanecen abiertas, indicando una disposición a resolver las diferencias a través de la negociación. Mientras tanto, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, se encuentra en Washington negociando condiciones que protejan los empleos y la actividad económica mexicana. ha iniciado negociaciones para obtener un trato preferencial que mitigue el impacto de los aranceles. La administración busca que las autopartes mexicanas queden exentas de estos gravámenes y se protejan los empleos y empresas nacionales. El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, se encuentra en Washington dialogando con altos funcionarios de la administración Trump con este propósito.
Sin embargo, estas acciones diplomáticas podrían no ser suficientes para contrarrestar los efectos inmediatos de la medida. La incertidumbre generada ya ha afectado a empresas automotrices globales con operaciones en México, como Volkswagen, Toyota y Renault, cuyas acciones han experimentado caídas significativas en los mercados bursátiles.

Además, la medida de Trump ha provocado reacciones en otros socios comerciales. La Unión Europea y Canadá han expresado su preocupación y han considerado posibles represalias, lo que podría escalar hacia una guerra comercial de mayores proporciones.
En conclusión, el arancel del 25% impuesto por la administración Trump a los vehículos no fabricados en Estados Unidos representa un desafío formidable para la industria automotriz mexicana y, por ende, para la economía nacional. Es imperativo que México diversifique sus mercados de exportación y fortalezca su mercado interno para reducir su vulnerabilidad ante decisiones unilaterales que afectan gravemente su desarrollo económico





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