El acuífero del Valle de Celaya, ubicado en el estado de Guanajuato, México, es la principal fuente de abastecimiento de agua para once municipios, incluyendo Celaya, Apaseo el Alto, Apaseo el Grande, Comonfort, Cortázar, Jaral del Progreso, Juventino Rosas, San Miguel de Allende, Salamanca, Tarimoro y Villagrán. Esta región alberga a aproximadamente un millón de habitantes cuya vida cotidiana y actividades económicas dependen en gran medida de este recurso hídrico. El origen del Valle de Celaya está ligado a la formación de la falla el Bajío, esta falla generó una serie de altos y bajos estructurales, entre ellos la fosa de Celaya, la cual está rellena por una serie de depósitos sedimentarios y volcano-sedimentarios intercalados e interdigitados con basaltos sanos, fracturados y tobas ácidas. La familia de agua más abundante es sódico-cálcica bicarbonatada,
tomando en cuenta que este último ion está presente en todos los tipos de agua. La presencia de esta familia de aguas se debe a un intercambio catiónico asociado a un flujo regional. Las concentraciones de arsénico en el agua aumentan con la temperatura; una posible fuente del arsénico son los vidrios volcánicos que forman parte de las rocas en el subsuelo, el arsénico y el sílice son
disueltos y transportados con mayor facilidad a temperaturas altas.
En el Siglo XIX Celaya, era una zona pantanosa, según la versión de algunos investigadores, y con abundantes manantiales.Sin embargo, en aras del progreso y la modernidad, fue a mediados del siglo XX, EL país inició un proceso de urbanización y los habitantes de las zonas rurales se fueron concentrando en ciudades, fue en estos tiempos que se hicieron muchas presas en la región, lo que modificó el cauce de los ríos, se deforestaron, se acabó con la fauna, se ampliaron las zonas de cultivo, se azolvó y, al construir los primeros drenajes, se usaron los ríos como desagües urbanos, complicándose por el crecimiento de la población.

Situación actual del acuífero
En los últimos años, el acuífero ha enfrentado una creciente sobreexplotación. Datos del 2020 indican que se extrajeron 432 millones de metros cúbicos de agua, mientras que la recarga natural fue de solo 317.1 millones de metros cúbicos, resultando en un déficit anual de 115 millones de metros cúbicos. Este desequilibrio ha provocado un abatimiento de entre 2 y 3 metros en el nivel del acuífero cada año. La sobreexplotación del acuífero también ha sido vinculada a la formación de fallas geológicas en la región. El descenso del nivel piezométrico y la consecuente compactación del terreno han provocado hundimientos diferenciales en la ciudad de Celaya. Estas fallas han sido observadas desde hace más de tres décadas, con velocidades de hundimiento registradas de hasta 15 cm por año desde la década de 1980.

Profundidad de extracción y calidad del agua
La creciente profundidad necesaria para extraer agua es otra preocupación significativa. Actualmente, los pozos deben perforarse hasta 500 metros para garantizar el suministro, aunque el agua se encuentra desde los 180 metros. Esta mayor profundidad no solo incrementa los costos de operación, sino que también eleva el riesgo de extraer agua con sedimentos y metales, afectando su calidad.
Impacto en el sector agrícola
El sector agrícola es responsable del 80% del consumo de agua en la región. En municipios como Celaya y Tarimoro, se han identificado 546 y 189 pozos agrícolas respectivamente. La sobreexplotación del acuífero en estas áreas es alarmante; por ejemplo, en el Valle de Celaya, el déficit entre la extracción y la recarga es de 132.9 millones de metros cúbicos anuales, lo que provoca un descenso de hasta 1.5 metros en el nivel del acuífero cada año.

Llamado a la acción
Autoridades locales y expertos han enfatizado la urgencia de implementar medidas para mejorar la eficiencia en el uso del agua y equilibrar la extracción con la recarga natural del acuífero. Se destaca la importancia de que la ciudadanía participe activamente en el ahorro del agua, reduciendo el consumo diario y evitando desperdicios. Además, se insta a los productores agrícolas a adoptar sistemas de riego tecnificados que optimicen el uso del recurso hídrico.
La situación del acuífero del Valle de Celaya es crítica y requiere de acciones inmediatas y coordinadas entre autoridades, sectores productivos y la sociedad en general. Solo a través de un manejo sustentable y consciente del recurso hídrico se podrá garantizar su disponibilidad para las futuras generaciones en la región.





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