Celaya, Gto., a 4 de marzo de 2025.- San Juan de la Vega, una pequeña comunidad en el municipio de Celaya, Guanajuato, se convierte cada año, en la víspera del miércoles de ceniza, en el epicentro de una de las celebraciones más estruendosas y espectaculares de México: la fiesta de San Juanito. Esta festividad, que combina la devoción religiosa con una arraigada tradición de pirotecnia, ha capturado la atención tanto de locales como de turistas por su impresionante despliegue de explosiones controladas.
Orígenes históricos y religiosos
La festividad de San Juanito se celebra en honor a San Juan Bautista y tiene raíces que se remontan a la época colonial. Se dice que San Juan de la Vega fue el hogar de un terrateniente benefactor que compartía su riqueza con los pobres y cuya figura se asoció con la devoción al santo. Con el paso del tiempo, la veneración evolucionó hasta convertirse en una festividad singular, caracterizada por las impresionantes explosiones de los “martillos”, artefactos caseros llenos de pólvora que los participantes detonan en honor al santo.
Los martillos: el alma de la celebración
Lo que hace única a esta festividad es el uso de los martillos, bloques metálicos que contienen pólvora y que los devotos golpean contra rieles de acero para provocar estruendosas explosiones. Este acto simboliza la lucha entre el bien y el mal, evocando batallas antiguas y la fe de los habitantes. Aunque la práctica puede parecer peligrosa, los participantes toman medidas de seguridad para evitar accidentes mayores.
A pesar de ello, la celebración no está exenta de riesgos. Cada año, cuerpos de emergencia y paramédicos están atentos para atender posibles quemaduras o heridas derivadas del uso de la pirotecnia. Sin embargo, esto no disuade a los pobladores de continuar con la tradición, pues consideran que es una forma de expresar su devoción y su identidad cultural.
Impacto cultural y atracción turística
La fiesta de San Juanito no solo es una manifestación de fe, sino también un evento que impulsa la economía local. Durante las festividades, el pueblo recibe a cientos de visitantes que buscan presenciar el espectáculo y disfrutar de la gastronomía y la música tradicional. Los comerciantes aprovechan la afluencia para ofrecer antojitos típicos, artesanías y recuerdos alusivos a la celebración.
En los últimos años, esta tradición ha llamado la atención de investigadores, documentalistas y fotógrafos que buscan registrar la intensidad de las explosiones y la pasión de los participantes. Aunque algunos sectores han pedido una regulación más estricta debido a los riesgos que implica, los habitantes defienden la celebración como una parte innegociable de su identidad.
Un legado que resiste el paso del tiempo
A pesar de las críticas y los riesgos inherentes a la festividad, la fiesta de San Juanito sigue siendo una de las más emblemáticas de Guanajuato. Para los pobladores de San Juan de la Vega, esta tradición es un símbolo de resistencia, fe y comunidad. Más que una simple explosión de pólvora, representa una explosión de identidad que, año con año, sigue iluminando el cielo y los corazones de quienes participan en ella.





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